Son numerosas las consultas que nos llegan acerca de la compatibilidad del pavimento de madera con el sistema de calefacción por suelo radiante, de ahí que hoy dediquemos nuestro post a este tema.
El suelo radiante es el sistema de calefacción que más se aproxima a la curva ideal de distribución de temperaturas, por ello cada vez es más frecuente su uso. Su funcionamiento consiste en aportar calor al líquido que circula por las tuberías alojadas bajo el pavimento, de forma que una vez que el conjunto, solera y pavimento, alcanzan una temperatura superior a la de la estancia a calefactar, se produce la cesión de calor al medio. Al ser el emisor térmico del sistema el propio suelo _con todas las capas que lo componen_ se produce una uniformidad total en la emisión no teniendo zonas calientes o frías en las estancias como ocurre con otros sistemas de calefacción. El sistema puede funcionar con cualquier tipo de fuente de energía, calderas de gasoil, de gas, bombas de calor, colectores solares o biomasa.
Cuando nos preguntamos si la madera es un pavimento compatible con el sistema de calefacción por suelo radiante hemos de tener en cuenta dos aspectos, por un lado la eficiencia de la madera como emisor y por otro la elección de la solución constructiva más idónea y el correcto cálculo del sistema (ya que se ha de tener en cuenta la conductividad térmica de todo el conjunto que compone el suelo, no únicamente la madera de acabado).
Los pavimentos de madera poseen cualidades similares a otros pavimentos de forma que la temperatura superficial en ella es homogénea, con las ventajas añadidas de que es un revestimiento que se puede colocar con menos grueso de mortero y ser un pavimento con poca inercia térmica.
Podríamos plantearnos la duda del empleo de la madera por su carácter higroscópico, es decir por intercambiar humedad con el medio provocándose fenómenos de hinchazón y merma en el propio material, pero este sistema de calefacción hace que la humedad del aire disminuya con el aumento de temperatura y esto unido a los avances en los sistemas de regulación y control ayudan a que el material se comporte de una manera bastante estable.