Grupo GUBIA no sólo da forma a grandes proyectos de arquitectura e interiorismo. También desarrolla muchos otros a menor escala entre los que se incluye el diseño y la ejecución de todo tipo de mobiliario a medida para el hogar. Dentro de esta línea de trabajo, el estudio acaba de realizar un aparador a medida para Lola, una clienta que ha recurrido a los servicios de los profesionales del grupo para dar forma al mueble con el que soñaba para el salón de su casa de Sevilla. Por más que buscó, comenta la clienta, “no encontraba en el mercado el mueble que yo tenía en mi cabeza, así que opté por encargarlo a medida. El resultado no puede haberme gustado más y suple cada una de las necesidades que tenía”.
La pieza – de 2700x380x800mm– ha sido diseñada íntegramente por los arquitectos de Gubia y tallada y rematada por sus expertos carpinteros después de un estudio pormenorizado de las necesidades y gustos de la clienta. Para su realización se han empleado tableros contrachapados fenólicos, muy estables y resistentes frente al agua y la humedad, con molduras de madera maciza de haya. La unión entre tableros y molduras se marca mediante una llaga realizada exprofeso.
El proceso de trabajo comenzó con varias visitas a la vivienda de Lola. En ellas se determinó, además de las cuestiones más técnicas, el estilo más apropiado teniendo en cuenta la decoración que ya mostraba el espacio. Sus líneas rectas, puras y sencillas le aportan una estética completamente contemporánea que bebe y se inspira (como refleja su moldura frontal) en los muebles franceses del siglo XVI. La pieza ha sido terminada con tres manos de laca, con el RAL 1013 de la misma pintura de la pared, para integrarlo completamente en el espacio. Una pátina realizada a mano en taller le confiere el aspecto decapado y de tendencia que se buscaba. Todo ello se concreta en un diseño atemporal que, lejos de restar protagonismo al resto de elementos decorativos de la vivienda ecléctica de Lola, complementa y encaja a la perfección con los muebles de diseño, piezas heredadas y otras de estilo clásico o art decó que tiene la propietaria.
El aparador, además, cuenta con una característica especial en respuesta a otro de los requisitos imprescindibles de la clienta. En su zona inferior derecha, aparece una puerta corredera que se desliza para ocultar todo el cableado del televisor y demás aparatos electrónicos. “Lo que más me satisface es haber comentado a los arquitectos y diseñadores del estudio lo que quería y que ellos hayan sabido dar forma perfectamente a lo yo imaginaba. Han plasmado exactamente lo que estaba buscando y lo que quería para esa zona de mi salón”, remata Lola.