Son muchos los arquitectos que se dirigen a nuestro departamento técnico solicitando asesoramiento para la ejecución de proyectos de arquitectura que incorporan madera en sus fachadas. El miedo al comportamiento del material y los falsos mitos llevan a muchos a renunciar al uso de este material, que si se conoce, puede dar grandes satisfacciones.
“We may use wood with intelligence, only if we understand wood” Frank Lloyd Wright
Madera termotratada en Wolzak, del Estudio SEARCH
Queremos recoger en este artículo algunas de las pautas principales que hemos de tener en cuenta para que tu fachada sea un éxito a futuro.
1- Reconocer la clase de uso del elemento de madera en cuestión
Las clases de uso a las que están sometidos los elementos de madera quedan recogidos en el apartado de durabilidad de CTE (DB-SE-M 3.2.1.2.) y en la norma UNE EN 335: 2013. Según esto, una fachada estaría enclavada en la Clase de Uso 3, madera exterior sin contacto con el suelo.
Tejuelas de arce en Holzblock de Bergmesiterwolf ArchitektenBergmesiterwolf Architekten
Dentro de esta clase de uso se recogen dos subclases, la 3.1 que hace referencia a maderas en las que el diseño constructivo facilita la evacuación de aguas y con ello el secado de la madera, por lo que el riesgo de retener humedad es limitado; y la 3.2 en la que los elementos de madera pueden permanecer húmedos durante más tiempo, nunca permanentemente.
2- Escoger una especie de madera con la durabilidad adecuada
El ataque de los diferentes agentes xilófagos dependerá de la humedad que pueda quedar retenida en la madera, de ahí que deban emplearse especies de madera con una alta durabilidad con valores comprendidos entre 1 y 2; la vida útil del elemento de madera dependerá de ello.
La norma UNE-EN 350-2:1995, _que en breve será sustituida por la norma PNE-pr EN350_ establece un sistema de categorías para definir la durabilidad natural de cada especie de madera frente a los diversos agentes: hongos xilófagos, coleópteros, termitas y xilófagos marinos_, siempre referido al duramen de la madera, ya que la albura de cualquier especie se considera no durable.
Esta norma también nos habla de la impregnabilidad o capacidad de una especie de madera a la penetración de un líquido protector de tratamiento, aspecto éste mucho más complejo y difícil de resumir aquí.
Las maderas frondosas tienen en general una durabilidad natural muy alta, ipé, teca, iroco, cumarú, castaño… pero la apuesta por el uso de maderas de coníferas ha desarrollado tratamientos de modificación interno, físicos como el termotratado o químicos como el acetilado, que dan lugar a maderas coníferas completamente aptas para esta clase de uso. El bambú termotratado es otra excelente opción.
Madera acetilada en el Colegio Les Carolines, de Pablo Ribera
Estas maderas de última generación son muy estables, sus movimientos de contracción y dilatación son muy pequeños por lo que con ellas pueden conseguirse delgadas y esbeltas secciones. En el caso de las maderas frondosas, su mayor densidad hace que sean maderas más nerviosas, maderas con más movimientos, por lo que en este caso es imprescindible una buena selección de la madera: secciones procedentes de cortes radiales, con directriz recta, pertenecientes al duramen…
NOTA: La norma FD P20 651, referente a la Durabilidad de los elementos y Obras en madera, recoge de una manera muy completa las cuestiones anteriormente comentadas, pudiendo ser muy útil para el proyectista.
Vulgarmente se conoce como tablero contrachapado fenólico o tablero marino cualquier tablero compuesto por diferente capas, pero no todos son tableros aptos para exterior ni evidentemente son marinos. En este caso es muy importante la elección de la cola que une las distintas chapas, debiendo tratarse de un encolado Clase 3, según UNE 314.
3- Pensar el detalle constructivo
Madera de iroco en el Ayuntamiento de Baeza de Viar Arquitectos
Uno de los principales enemigos de la madera en exterior es el agua y evitarla pasa por el diseño de un detalle constructivo correcto que ha de:
– Facilitar la evacuación de agua para evitar que ésta pueda quedar retenida en ningún punto. Se redondearán las aristas de cualquier elemento _lo que facilitará también la penetración del acabado final_, se sustituirán las superficies planas o cóncavas por otras inclinadas o convexas, se evitarán encuentros entre piezas que impidan que el agua discurra fácilmente..
– Ventilar los elementos de madera. La cámara de aire tras un revestimiento de fachada ha de ventilar correctamente y para ello es clave la disposición de rastreles y el encuentro de los elementos con las partes altas y bajas de la zona a cubrir. La correcta ventilación de la cámara evitará movimientos de atejado en las maderas y la aparición de manchas.
Si en el punto 2 hablábamos de la durabilidad de la madera del revestimiento, no podemos olvidar en este punto la durabilidad de la madera usada como rastrel _pero de nada sirve colocar algo durable al exterior si lo que no se ve pero que es la fijación de todo puede llegar a pudrirse_. Hay quienes por desconocimiento y para paliar esto, optan por usar rastreles metálicos, pero no debemos olvidar las diferencias de contracción y dilatación de materiales tan distintos como un metal y una madera.
Nuestra recomendación es emplear maderas tratadas en autoclave para clase de riesgo IV o incluso maderas tropicales _especialmente el iroco por su mejor trabajabilidad_ si en el revestimiento final se emplean madera tropicales de gran densidad.
Hotel Wisa de Pieta-Linda AuttilaPieta-Linda Auttila
– Permitir los movimientos de la madera. La higroscopicidad intrínseca de la madera hace que contraiga o dilate ante los cambios de humedad relativa, fenómeno éste muy frecuente en exterior. Nuestro detalle constructivo no debe restringirse el movimiento de los elementos de madera, de forma que se evite la aparición de fisuras o rajas que contribuirán a la retención en ellas de agua.
– Facilitar la sustitución de cualquier pieza. Es habitual que un pequeño porcentaje de elementos de madera en exterior puedan sufrir daños y es por ello, que es muy importante pensar en su posible sustitución. Existen en el mercado múltiples elementos de fijación que aún quedando ocultos permiten quitar o poner cualquier pieza y con ello facilitar que tu fachada esté siempre como el primer día.
– Cuidar los elementos de fijación. Existen maderas con alta presencia de taninos, maderas modificadas químicamente… que sufren reacción ante su contacto con elementos metálicos que no sean de acero inoxidable, pudiendo producir ello el manchado de una fachada y con ello el deterioro estético de la misma.
4- Escoger un acabado adecuado
El otro gran enemigo de la madera en exterior es el sol. La acción de los rayos ultravioletas produce en la madera la destrucción de la lignina, tomando entonces este típico aspecto agrisado que hoy en día está tan de moda. Una madera que no tenga tratamiento en exterior va a tender a ese color gris a la vez que facilitará la aparición de mohos en superficie.
Madera recuperada en el Museo Marítimo de Texel el Estudio Mecanoo
Existen en el mercado multitud de acabados para maderas en exterior, pero no todos son tan beneficiosos para el mantenimiento futuro. El micraje de un elemento de protección y los tonos oscuros harán que tu fachada tenga un mejor aspecto durante mucho tiempo pero ¿Cómo proceder a reponer el acabado?
Nuestra recomendación es no usar elementos que creen película sobre la madera y así evitaremos los tediosos lijados que en algunos diseños de fachada pueden llegar a ser muy complicados. Existen diferentes saturadores de la madera cuyo mantenimiento pasa por limpieza y una sencilla aplicación del mismo.
Igual de importante es sellar las testas de las maderas que queden expuestas, o los cantos de tableros contrachapados marinos que pueden formar parte de una fachada. Para ello las resinas elásticas epoxídicas o acrílicas son idóneas.
5- Una correcta puesta en obra
Siempre una buena solución constructiva pasa por una correcta puesta en obra.
Madera carbonizada en Clínica oftalmológica de Nan Contract, realizada por Grupo GUBIA
Previendo las posibles irregularidades que suelen existir en el soporte base _de nivelación y aplome_ es importante estudiar el detalle de cogida de los elementos de madera a pared y emplear sistemas que faciliten dicha regulación.
Existen fijaciones mecánicas, fijaciones atornilladas e incluso enlaces madera-madera como el que GUBIA empleó en el atrio de entrada de la Torre Chamartín, un lazo de madera estudiado con altos valores de resistencia a cortante.
Todo esto conlleva un estudio costoso de soluciones que van evolucionando, pero en nuestra filosofía de trabajo ha de estar siempre el hacer las cosas bien, como decía Mies “Dios está en los detalles” y la madera no da problemas si se conoce cómo trabajar con el material.
6- Realizar un mantenimiento adecuado
Fachada de bambú de Grupo GUBIA
Es clave concienciar al cliente final de que la madera ha de tener su mantenimiento, ¿Quién no se hidrata después de ir a la playa? Según la orientación de la fachada y el micraje de acabado aplicado a la misma, el mantenimiento puede realizarse cada dos o incluso cada cinco años, existiendo firmas que pueden ofrecer dichas garantías.
Pero queremos hacer aquí un inciso y es que no debemos confiar el correcto funcionamiento de una fachada únicamente a las garantías de un acabado, pues os aseguramos que de esto sólo depende el resultado estético. Como exponemos anteriormente hay otras cinco claves que son las que asegurarán que la madera no se pudra, que en este material es lo importante.
Tableros contrachapados en Skinspace de los arquitectos AND
Esperamos haberte ayudado con estas recomendaciones. No obstante, no dudes en contactar con nuestro departamento técnico para cualquier consulta. Llevamos más de una década estudiando soluciones de fachada, desarrollando sistemas, realizando ensayos de muy diversa índole y garantizando que tu fachada sea un completo éxito.
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